miércoles, 24 de agosto de 2011

CRISTO RESUCITADO


JUAN 20: 1-10

1 El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.
2
Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.

3
Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.

4
Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.

5
Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró.

6
Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí,

7
y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.

8
Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.

9
Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos.

10
Y volvieron los discípulos a los suyos.

Jesús le dijo: "...Tomás, porque me has visto, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron..."

jueves, 11 de agosto de 2011

EL COSTADO DE JESUS


Jesús desarrolló durante su calvario, un hemohidrotórax, es decir, un derrame pleural con mezcla de sangre y líquido seroso. Se sabe que la sangre pesa más que el líquido seroso, por lo que luego de algunas horas en una posición vertical, el contenido sanguíneo del derrame pleural se depositó en la parte más baja del tórax. La lanza del soldado romano penetró por el lado más bajo, en dirección hacia arriba y entró directamente en la zona donde se depositó la sangre, por lo que ésta salió en un primer momento y luego salió el contenido seroso del derrame pleural. Cristo sufrió un infarto agudo al miocardio (IAM) o una arritmia fatal, lo que finalmente ocasionó su muerte.

“Pero cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua”. (Juan 19:33-34)


lunes, 8 de agosto de 2011

EL CRISTO



Esta es una de las visiónes más cercanas de nuestro Señor Jesucristo crucificado, pero la posición de sus pies no es la correcta. Cuando Dios maldice a la serpiente se lee en Génesis 3:15,
"...y tú le herirás el calcañar". La posición real es la que ha visto en la gráfica de la crucifixión. Sí el clavo hubiese entrado tal y como lo recrea el artista, los huesos tarsianos y metatarsianos de ambos pies habrían resultado rotos, fragmentados y dice la Palabra de Dios en Salmos 34:20, "El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado". El clavo entró justo entre el tendón de Aquiles y el calcáneo. Por donde se le mire, fue una muerte espantosa.


EL CALCAÑAR




LOS CLAVOS


PROFUNDO DOLOR PROFETICO


ISAIAS 53

1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2 Subirá cual renuevo delante de Él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en Él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas Él herido fue por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros. 7 Angustiado Él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8 De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque Él nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando hubiere puesto su alma en expiación por el pecado, verá su linaje, prolongará sus días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11 Del trabajo de su alma verá y será saciado. Por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y Él llevará las iniquidades de ellos. 12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su alma hasta la muerte, y fue contado con los transgresores; y llevó Él el pecado de muchos e hizo intercesión por los transgresores.


LA CRUZ


He aquí el modelo real de la crux commissata romana en la que fue sacrificado Jesús. Tenía forma de "T". El travesaño superior llamado patíbulo media entre 1.50 m y 1.80 m y pesaba de 34 a 57 Kgrs. El mismo era sujetado a los brazos de los condenados, que tras ser azotados, debían portarlo hasta el lugar de la crucifixión. El alto de la columna o pilastra era entre 1.80 m y 2.40 m. Una vez Jesús fue crucificado por sus muñecas, le izaron hasta el tope donde encajaba el patíbulo sobre la pilastra. Luego procedieron a flexionar sus rodillas, le juntaron sus pies y los clavaron por el calcáneo. Dada la posición que finalmente adoptó el cuerpo una vez crucificado, los dolores que soportó Jesús antes de expirar, debieron ser terriblemente agónicos. Por último, fijaron un cartel en la parte superior que decía: "Jesus, Rey de los Judíos". Por donde se le mire, la muerte de Jesús, fue una muerte ignominiosa, pues era una cruento castigo destinado tan sólo para los peores malhechores, delincuentes y transgresores de la ley, en la época de la dominación romana en Galilea.

CRUCIFIXION