domingo, 16 de diciembre de 2012

EL SOLSTICIO DE INVIERNO


EL ORIGEN PAGANO DE LA NAVIDAD

La festividad del 25 de diciembre fue oficialmente proclamada por los padres de la iglesia católica en el año 354 D.C. Surgió como una fusión entre la naciente religión romana de Constantino y la tradición del día festivo de la Saturnalia, que se celebraba cerca del solsticio de invierno y que era una de las muchas tradiciones paganas heredadas del antiguo sacerdocio babilónico. En efecto, el papa Julio I en el año 350 D.C., introdujo esta fecha como la presunta natividad de Jesús de Nazaret y desde entonces, su sucesor el papa Liberio, decretó la celebración de esta bacanal, que se sucede año tras año hasta nuestros días.

La celebración de la Saturnalia iniciaba el 17 de diciembre de cada año y se extendía por siete días, en homenaje al dios Saturno, divinidad agrícola protectora de las siembras y garante de las cosechas. Estas fiestas tenían características muy similares a las que hoy conocemos como festividades navideñas. Al final de la Saturnalia, el 25 de diciembre se celebraba el culto siríaco, “Dies Natalis Solis Invicti” (Festival del Nacimiento del Sol Invencible), personificado en la deidad Mitra de origen persa, en el dios Helios de la Roma pagana o en Tamuz de la idólatra y antigua Babilonia.

"Las Saturnalias Romanas" (Gabriel Castello)

Lo curioso es como el festival[1] de Saturnalia se parece cada vez más a lo que hoy, en el siglo XXI continuamos celebrando como navidad, pues lo que ocurría era que la gente dejaba de ir a trabajar,  vestían con ropa informal, se hacían intercambio de regalos, los romanos salían a la calle de carnaval[2], a cantar y bailar, había exceso en el consumo de comida, bebidas embriagantes, sexo, depravación, inmoralidad  y libertinaje, y al mismo tiempo era una ocasión para salir a visitar a la familia, a los parientes y amigos. Después, el día 25 de diciembre, empezaba el festival de Sigillaria (precedente del árbol de navidad actual), dedicado, sobre todo, a hacer regalos a los niños: amuletos, anillos, muñecos de terracota, sellos, colores, tablas de escritura, dados, pequeños objetos, monedas y bolsas llenas de canicas.

Historiadores, eruditos e intelectuales tras muchos años de estudio e investigación han dado en concluir que el Hijo de Dios encarnado en María, nació en el otoño del año -3 A.C. ó en el otoño del año -2 A.C., incluso algunos cronistas han determinado el 29 de septiembre de -2 A.C., como la fecha de su nacimiento, apoyándose para ello, en la cronología hasta la fecha de la muerte del Cristo. Análisis e investigaciones geológicas dan cuenta de un terremoto sucedido en Israel en la  primavera del año 31 D.C., más exactamente el 3 de abril.  En Mateo 27:51 y 27:54 se ilustra que en el  mismo instante en que Jesucristo expiró, la tierra tembló. En consecuencia, se corrobora la edad de Cristo al morir y luego resucitar al tercer día. Es decir, treinta y tres años. Para esa época, el año cero no existía, ni se tomaba en cuenta para los computos cronológicos.

El Nacimiento de Nuestro Señor Jesús

Atención, ese niño al que adoran y ante el que se postran por este tiempo de navidad, no es otro que Tamuz, el hijo de Semiramis y de Nimrod, el primer tirano que existió sobre la faz de la tierra. Al morir Nimrod, Semiramis dijo a su pueblo, que Nimrod se había convertido en el dios sol y que por su obra había quedado preñada de Tamuz, a quien dio vida precisamente el día del solsticio de invierno en diciembre, pretendiendo emular la concepción de María y el nacimiento virginal de Jesús. El engaño de Satanás quedó servido para confusión del género humano. Es el momento. Ha llegado el tiempo de salir de la obscuridad y buscar el rostro de Jesucristo. Es ahora, tal vez no haya un mañana. Bendiciones en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen y amén.

Fabio Humberto Molano Olmos
Diciembre 15 de 2012 – Bogotá D.C.




[1] FESTIVAL: Festividad pagana celebrada en homenaje a Baal, deidad cananea padre de todos los dioses.
[2] CARNAVAL: Ritual pagano en el cual se sacrificaban seres humanos vivos en honor a Baal y a Moloch.

WE NEED YOU LORD


sábado, 1 de diciembre de 2012


¿HA COMENZADO EL JUICIO PARA COLOMBIA?

Colombia ha sido azotada durante el segundo semestre de 2010 y el primer semestre de 2011 por una serie de desastres naturales de gran envergadura con pérdidas de vidas humanas y destrucción de la exigua infraestructura vial del país, y la gente se pregunta: ¿Qué está pasando? Pero, si observamos con detenimiento lo que ha sucedido antes del desastre, empezamos a ver un patrón. ¿Será posible que Alguien esté enojado?

El 18 de octubre de 1899 estallaba en Colombia la última guerra civil que duró tres años y que se conoce como la Guerra de los mil días. Esta prolongada guerra fratricida produjo consecuencias y efectos verdaderamente lamentables, como lo reconocen todos los historiadores. En el conflicto murieron de 100 a 130 mil colombianos, cuando Colombia solo contaba con cuatro millones de habitantes: fueron innumerables las viudas y los huérfanos que lloraban desconsolados a sus seres queridos. La guerra paralizó todas las actividades económicas, sobre todo la explotación de los campos, presentándose una hambruna que no respetó a ninguna clase social y que puso a clamar de hambre a ricos y a pobres en todo el territorio nacional. La economía del país se desplomó y el valor de la moneda se tornó irrisorio. Los fusiles y los cañones, además de cegar las vidas humanas, sembraron la destrucción en todo el territorio patrio. Después de tres años de una guerra sangrienta y destructora, la situación del país se agravaba día por día y amenazaba con desembocar en una verdadera catástrofe nacional. El entonces arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, según él, “iluminado por una luz interior”, vio que la única solución en situación tan desesperada era acudir al Sagrado Corazón de Jesús. Se dirigió entonces a la Presidencia de la República y como único medio para conseguir la tan anhelada paz, sugirió al vicepresidente, José Manuel Marroquín, la consagración de la República de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús y el hacer un voto de construir un templo en su honor. El Presidente Encargado aceptó gustoso la sugerencia y el 22 de junio de 1902, en ceremonia inolvidable, consagró la República de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús y puso la primera piedra para el templo que es el actual Voto Nacional[1]. Los efectos fueron inmediatos. A los 5 meses de la consagración, se firmaba el tratado de Winsconsin, el 21 de noviembre de 1902, poniendo punto final a la sangrienta y prolongada guerra civil, iniciándose una breve era de paz y de concordia nacional. Han transcurrido exactamente 109 años y pareciera que la situación en el país es tan grave y aún más grave que la de 1902, después de una guerra no declarada que ya se prolonga por un espacio de 60 años. Los efectos de este conflicto armado son tan funestos o más funestos que los de la guerra de los mil días. Sobre todo en los últimos 25 años, han muerto más de 750 mil colombianos, sumiendo en el dolor y las lágrimas a innumerables familias. Los desplazados por la guerra que se encuentran en condiciones infrahumanas, superan los tres millones. Las poblaciones destrozadas por la guerrilla o por los paramilitares han dejado en la ruina a miles de colombianos. No en vano la ONU sitúa a Colombia como el primer país del mundo en desplazamiento forzado interno[2].

Cien años después, el congreso de la república y el presidente Alvaro Uribe expiden y promulgan un acto legislativo renovando la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús[3]. Posteriormente el cardenal Pedro Rubiano en ceremonia religiosa el 12 de octubre de 2008 consagra una vez más al país al Sagrado Corazón de Jesús y por si fuera poco, le añade la consagración del país, al Inmaculado Corazón de María.

Esta idea surgió de un grupo católico laico llamado “Colombia en los corazones de Jesús y María”, que nació en 2007 a instancias de la visita del estadounidense John Rick Miller[4], quien trabaja con la iglesia católica en Londres dirigiendo un grupo que le ora a la virgen para pedirle protección. Igualmente, se indicaba que Miller ya se había reunido con el presidente Uribe para hablarle sobre la necesidad que tenía el país de consagrarse a María para alcanzar la paz y la reconciliación, y que él era según sus propias palabras, reconocido por recibir mensajes sagrados del más allá. Al día siguiente de la ceremonia de consagración el mismo cardenal Rubiano mencionó que la virgen se encargaría de ayudar a liberar a todos los secuestrados, de llamar a su redil a la guerrilla y a los grupos paramilitares, de acabar con la corrupción política y la violencia, y también de terminar con los paros que hacen mucho daño al país. Como se puede ver, en Colombia la virgen María tiene mucho por hacer y tiene tanto o más poder, que el mismísimo Sagrado Corazón de Jesús.

En 1945 fue proclamado candidato a la presidencia, Jorge Eliecer Gaitán, pero las divisiones internas del Partido Liberal entre los partidarios de Gaitán y los de Gabriel Turbay, favorecieron el triunfo del candidato conservador Mariano Ospina Pérez. Tras esta derrota, Gaitán resurgió con nuevos ímpetus, siendo proclamado jefe único del Partido Liberal. En 1948 recibió el título de doctor honoris causa en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Libre. Su asesinato, acaecido el 9 de abril de 1948, provocó una enorme reacción popular que destruyó el centro de Bogotá. El pueblo bogotano salió a las calles en señal de protesta. La anarquía y la violencia se adueñaron de la capital. La revuelta se extendió a otras ciudades del país, en lo que fue conocido como la Época de la Violencia en Bogotá y que algunos historiadores resumen como “El Bogotazo”[5].

La guerrilla colombiana tuvo su origen luego de los graves hechos ocurridos durante ese 9 de abril de 1948, cuando fue asesinado el líder y caudillo del Partido Liberal, Jorge Eliécer Gaitán. Este hecho fue el detonante para que explotara abiertamente el odio partidista: unos en la oposición; otros, los conservadores, aprovechando el poder para ejecutar las más crudas persecuciones. Ese episodio, conocido en el país como la época de la violencia, originó que los campesinos liberales armaran grupos de autodefensa en contra de las agresiones oficialistas. En esos tiempos, década del 50, no se hablaba de la expansión comunista, de la guerra fría, de la cortina de hierro, y mucho menos de Cuba o de Fidel Castro. El tema eran los partidos liberal y conservador, y su guerra fratricida. Por tal razón se puede decir que la guerrilla colombiana se originó por motivos políticos antes que sociales o económicos.

A medida que pasaba el tiempo los acuerdos de paz de los respectivos gobiernos con los guerrilleros liberales dejaron de cumplirse, y las amnistías se convertían en una firma de defunción ante los odios políticos y sectarios. Ante esta situación, el desaparecido Pedro Antonio Marín (alias, Manuel Marulanda Vélez o “Tirofijo”) y sus correligionarios pasaron a la clandestinidad, bajo el nombre de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En las décadas del sesenta y setenta su grupo guerrillero adquirió popularidad ante la avanzada comunista en el Caribe y ante un nuevo discurso denominado marxista, que tenía como objetivo la lucha de clases. Sin embargo, y desde la década del ochenta, sus objetivos se volvieron económicos y de poder, gracias a su estrecha relación con el auge del narcotráfico. Por eso, cuando la era Gorbachov provocó la caída del comunismo en la Unión Soviética, la situación de la guerrilla no cambió, pues el poder del dinero no tiene colores, ni filiaciones políticas.

El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en Nueva York, aprobó una resolución[6] que recomendaba un plan para resolver el conflicto entre judíos y árabes en la región de Palestina, que se encontraba en esos momentos bajo administración británica. Inexplicablemente la delegación colombiana encabezada por Alfonso López Pumarejo, se abstuvo de votar favorablemente la resolución que daba paso a la creación del estado israelí. Tras una contradictoria argumentación el embajador colombiano ante la ONU indicó que enviar allí al pueblo judío era confinarlo a un ambiente hostil,  desconociendo la historia y la tradición hebréa en el sentido, que para ellos, esa era la tierra que Dios les había prometido tras su salida de Egipto, y para rematar el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia el 4 de octubre de 1948, en un incomprensible memorando a la ONU solicita que: "...La ciudad de Jerusalén y sus alrededores merecen ser considerados como un patrimonio internacional, ajeno a toda preponderancia política o religiosa de una raza sobre otra. Nada tan a propósito, además, para fomentar el entendimiento y la ordenación jurídica de los pueblos, como el hecho de estar vinculada ´de jure´ a la Organización de las Naciones Unidas, una Tierra que debe ser ejemplo de armonía y fuente segura de inspiración y de doctrina sobre la paz… Pero desea este despacho llamar la atención de los otros gobiernos americanos, acerca de la conveniencia y necesidad de que este ´Estatuto Especial´, sea otorgado a la ciudad de Jerusalén y sus alrededores, incluyendo la aldea de Belén, como ´Corpus Separatum´, esto es, con un carácter verdaderamente internacional y dependiente en forma principal del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas…" (sic)[7]. Colombia tuvo especial interés en sostener esta posición sobre Jerusalén y los Lugares Santos, entre otras razones, porque dada la mayoría católica del país, estos lugares tenían una gran significación religiosa. Finalmente y a pesar de no pocos obstáculos, el 14 de mayo de 1948, Ben Gurion declara en Tel Aviv la independencia y de manera oficial nace el Estado de Israel con Jerusalén como ciudad capital.

Toda acción trae consecuencias que bien pueden ser positivas o negativas. Para el caso, es preciso revisar lo que sucedió apenas un año después que Colombia se sometió a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en 1902. El  3 de noviembre de 1903, justo al final de la guerra de los mil días, perdimos el Istmo de Panamá, tras la firma del Tratado Herrán-Hay, mediante el cual los gobiernos de Colombia y los Estados Unidos ratificaban la intención de construir el Canal de Panamá. El entonces presidente José Manuel Marroquín, en un arranque de cinismo para justificar la separación de Panamá pronunció esta vergonzosa cita registrada en los anales de la historia: “…Recibí un país y le entregué dos al mundo…” Sólo hasta 1925 el gobierno colombiano recibió de manos de la potencia del norte, la ridícula suma de US$25 millones de dólares a manera de indemnización[8] y el derecho de Colombia de transportar tropas, buques mercantes y materiales de guerra sin pagar peaje por el Canal de Panamá. Además de la pérdida territorial, es incalculable el monto de los ingresos que por derechos de uso del canal, dejó de percibir Colombia, todo por la ambición del Congreso y de la incompetencia e irresponsabilidad de Marroquín. Al propiciar la consagración del país al sagrado corazón de Jesús y al inmaculado corazón de María, los gobiernos y autoridades de turno, han provocado el enojo del Señor. Dios aborrece la idolatría. Dice la palabra de YHWH: “…No tendrás dioses ajenos delante de mí. No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy YHWH tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen…” (Deuteronomio 5:7)

Todas las festividades, procesiones y celebraciones religiosas como el Corpus Christi, el Sagrado Corazón de Jesús, el Inmaculado Corazón de María, la Semana Santa, la Natividad, San Pedro y San Pablo entre otras, no son más que manifestaciones y rituales de origen pagano heredados de la ancestral Babilonia y de la Roma antigua, y esto ofende a Dios, pues no es otra cosa que idolatría.

El otro episodio que enajena nuestras mentes y nos causa dolor sucedió también un año después que el gobierno colombiano se negara a reconocer en 1947, el legítimo derecho del pueblo de Israel a tener un estado soberano. Si bien es cierto que el pueblo judío sufre las consecuencias de la diáspora como resultado de su desobediencia a YHWH, también lo es el hecho, que la tierra prometida por Dios y entregada a su pueblo tras la salida de Egipto, tenía por fronteras los ríos Nilo al sur y el Eufrates al norte; el mar Mediterráneo al occidente y el desierto de Arabia por el oriente. Esta fue la tierra que Dios le mostró a Moisés conforme a la promesa hecha a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob. Un extenso territorio, donde fluyen ríos de leche y miel de acuerdo con lo consignado en la Santa Biblia, del cual fueron expulsados los judíos por sus rebeliones, desde entonces los judíos han sido dispersos por la faz de la tierra. Pero la comúnmente denominada Tierra Santa y los territorios adyacentes en su totalidad, les pertenece para siempre.

La tibieza (cobardía) de la delegación colombiana en la votación de la ONU, fue castigada en 1948 tras la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, con la aparición de la violencia guerrillera y de una guerra fratricida que hasta hoy golpea a nuestras puertas día tras día. Las Farc de tendencia comunista, el ELN de tendencia católico-jesuita, el EPL de tendencia Maoista, las Bacrim de tendencia paramilitar terrorista, más la delincuencia narcotraficante y la corrupción política, son maldiciones. Todas las potencias mundiales quieren complacer en secreto a  los musulmanes, sacrificando a Israel por causa del petróleo. ¿No son acaso los yacimientos de petróleo, los ríos de leche de que hablan las sagradas escrituras? ¿No son acaso los acuíferos de agua dulce Jordán, Nilo, Eufrates, Hermon, Snir y Dan, los ríos de miel de que hablan las sagradas escrituras? Sin embargo, el pueblo judío ha sido despojado y hoy habita en una porción de tierra en forma de daga, rodeado de enemigos ancestrales como los filisteos (palestinos), de ismaelitas (Arabia Saudita), de egipcios (Egipto), sidonios (Líbano), edomitas, moabitas y amonitas (Jordania), Arameos (Siria), Hititas (Turquía), medos (Irak),  elamitas y persas (Irán). La mayoría de estas naciones profesan el culto a Alá, deidad musulmana también conocida como el dios Luna, de allí que la mayoría de las naciones que profesan la religión de Mahoma, lleven en sus estandartes la imagen del cuarto menguante lunar.
Dice la palabra de YHWH: “…Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca…” (Apocalipsis 3:15-16)

¿Cómo entender pues la posición colombiana sobre Jerusalén en la ONU, luego que en la segunda guerra mundial Hitler mató a seis millones de judíos en los hornos crematorios? Todo el mundo odia a los judíos especialmente los musulmanes, el Vaticano e Inglaterra. Fue un verdadero milagro de Dios que Israel llegara a ser una nación en 1948 y desde entonces la ONU los ha aborrecido. Dice la Sagrada Biblia: “…Y YHWH poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén…(Zacarías 2:12)

Justo un mes después de la posesión del presidente Juan Manuel Santos Calderón, luego de consagrar su gobierno a la madre naturaleza en la Sierra Nevada de Santa Marta, -en un ritual animista-, la mano invisible de Dios desató una ola invernal que además de derrumbes, avalanchas, deslaves e inundaciones que afectan gran parte del territorio nacional, agravó la vulnerabilidad de cientos de miles de personas afectadas por el conflicto armado que azota el país desde 1948. El siguiente artículo nos adentra un poco más en el patrón mencionado en el primer párrafo de este ensayo.

“DE LA GUIRNALDA DE MELILOTO AL COLLAR DE TUMAS”

Dijo en su discurso de posesión el nuevo presidente, que temprano había estado en un paraje de la sierra nevada de Santa Marta recibiendo de manos de los shamanes un collar con cuatro piedras. Estuvo con toda su familia y un selecto grupo de invitados como testigos del acontecimiento, entre ellos el ex-ministro Juan Mayr y asesores de la nueva ministra del medio ambiente, Sandra Bessudo.

El ritual o ceremonia sagrada se llevó a cabo en un sitio llamado Zevemwa, lugar sacro para las comunidades Kogi, Arhuaco, Kankuamo y Wiwa. Tras purificarse en el interior del templo Seshua, con sus ojos cerrados y en silencio, Santos Calderón ofrendó y se comprometió con la Madre Naturaleza, y seguidamente los mamos le ataron dos gacanzias o hilos de aseguranza protectoras, en cada una de sus muñecas y después fue galardonado con el ahora famoso collar de cuentas místicas o tumas, que tiene cuatro clases de piedra a saber: Cuarzo en representación del agua, Jadeita en representación de la naturaleza, los animales y las plantas, Cornalina en representación de la sangre y el “buen gobierno” (?) y Acerita en representación de la tierra, para que haya buen alimento para todos los colombianos (sic). Por último, recibió un cetro de macana negra adornado con un tejido multicolor, a manera de bastón de mando. Todo su grupo familiar, esposa e hijos fueron igualmente sujetos con gacanzias en sus muñecas. De hecho, ya Juan Manuel había estado en “retiros espirituales” con los mamos y jefes de las comunidades indígenas de la sierra, durante el pasado gobierno. ¡Todo esto es superstición!

Esta aparentemente inofensiva y folclórica tradición, colinda con los sistemas paganos de los egipcios, griegos, romanos y druidas entre otros; y se asemeja más a un ritual de iniciación idolátrica con invocaciones y entrega de amuletos para la buena suerte, que a la toma de poder de un gobernante elegido democráticamente. Relata Heródoto que, en los antiguos rituales mágicos persas se ofrendaba en lugares consagrados y que los altares se adornaban con hojas de meliloto, tras lo cual el mago o sacerdote entonando cantos mágicos sagrados, realizaba horrendos sacrificios en honor a los dioses[9]. El meliloto o guirnalda de trébol siempre estaba ceñida en la cabeza de Osiris, como la corona del gobernante y señor de toda la tierra[10].

Nada de lo hecho en la sierra nevada de Santa Marta, tiene el talante de ser simbólico, como nos lo han querido vender los medios; por el contrario, es algo mucho más temerario, pactado con las potestades, principados y huestes de maldad. Señal inequívoca de aquellos que se regocijan con el resurgir del paganismo en abierta oposición al culto del único Dios viviente y verdadero. Por tanto, esta ceremonia no puede pasar, desapercibida para los ojos del Creador, ni para nosotros. El gobierno de Santos, señoras y señores, y hermanos en la fe, ha comenzado mal, muy mal. Oremos por él.
  
FABIO HUMBERTO MOLANO OLMOS
Bogotá D.C., agosto 7 de 2010

Pues bien, durante el último trimestre de 2010, Colombia vivió la más larga y devastadora temporada invernal de los últimos cuarenta años. Lluvias incesantes causaron extensas inundaciones y deslizamientos de tierra de gran magnitud, dejando a millones de personas afectadas según las cifras oficiales, sobre todo en los departamentos del norte del país. En las zonas rurales, donde el conflicto armado es más intenso, las inundaciones agravaron la situación humanitaria de cientos de miles de personas desplazadas que ya venían sufriendo las consecuencias de un acceso mínimo a servicios esenciales como la atención de la salud, la alimentación, la educación, el agua, la vivienda y el saneamiento básico. Es mucha la sangre de gente inocente derramada por la violencia y sus actores, y la tierra debe ser lavada para ser limpiada, por tanto muchas más precipitaciones vendrán sobre nuestro país, pues nuestra tierra está enferma.
Así mismo, en las dos temporadas lluviosas de 2010 y 2011, se han registrado en Colombia un total de 1.559 emergencias en 696 de los 1.120 municipios, en 28 de los 32 departamentos y en el Distrito Capital. La mayor afectación se presenta en los departamentos caribeños de Bolívar, Magdalena, Atlántico, Guajira, Sucre y Córdoba.
También se han afectado las principales carreteras nacionales, decenas de puentes  vehiculares y peatonales, acueductos, alcantarillados, centros de salud, centros educativos y más de un millón de hectáreas de cultivos. Este período de precipitaciones e inundaciones ha sido considerado el más grave de las últimas cuatro décadas.
En diciembre de 2010 el Gobierno declaró la emergencia económica, social y ecológica para facilitar la adopción de medidas en todos los órdenes y atender las tragedias invernales generadas por las torrenciales precipitaciones. En el año 2011, se vive otra intensa temporada invernal durante el segundo trimestre, que a la postre terminará por agravar el lamentable estado de la infraestructura y ocasionará nuevas inundaciones que afectarán prácticamente toda la geografía nacional. Durante sólo el mes abril de 2011, se registraron un total de 401 puntos de emergencia en las vías, es decir, el 58% por ciento del total de eventos que ocurrieron el año 2010, según la Cámara Colombiana de Infraestructura.

Colombia ocupa el triste tercer lugar de países con más muertos por desastres naturales, según la ONU. Con los años, las listas de fallecidos, desaparecidos y damnificados por deslizamientos de tierra, deslaves e inundaciones crecen de manera dramática[11].

¿Qué hace diferente esta tragedia? El efecto del fenómeno climático de la Niña contribuyó a intensificar la temporada regular de lluvias que todos los años tiene Colombia. Nadie estaba preparado para las consecuencias en cuanto al número de damnificados, ni en los cuantiosos daños ocurridos. Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, tenemos las inundaciones más grandes de los últimos cien años y pasarán meses o incluso años para recuperar las tierras productivas que hoy están bajo el agua. Veamos algunas cifras:

Se han presentado 1.053 inundaciones entre agosto de 2010 y mayo de 2011. De igual manera, se han registrado 572 grandes desprendimientos de tierra, 5 torrenciales granizadas con ventiscas y tormentas, 254 vendavales, más 27 avalanchas de lodo y piedra. Un total de 1.324.000 hectáreas afectadas dejó el invierno sólo en el año 2010, un 98% por ciento más de las hectáreas que se afectaron en el año 2009.

Para albergar a los 3.043.402 damnificados que corresponden a 436.234 familias afectadas desde abril del 2010, se tendrían que construir 67 estadios como el Campín de Bogotá. Un total de 469 personas perdieron la vida desde el primero de abril del año anterior hasta junio 7 de 2011. Sólo durante el pasado mes de mayo murieron 71 colombianos, es decir, más de dos muertes al día, por causa de la ola invernal.

El 2,4% por ciento del PIB distribuido entre 2010 y 2014, es la cifra que se estima vale la emergencia por el invierno. Esto equivale a más de $10 billones de pesos. Se han destinado $4.5 billones de pesos al Fondo de Calamidades para atender la emergencia invernal.

Cuatro pueblos deberán ser reasentados al ser destruidos por fallas geológicas y avalanchas: Gramalote (Norte de Santander), Útica (Cundinamarca), Socotá (Boyacá) y Santa Ana en la Mojana Sucreña. Otros cinco municipios en el departamento del Meta y tres en Cundinamarca están bajo observación y podrían correr la misma suerte, afirman los expertos. Un censo preliminar estableció que más de 17.000 viviendas rurales están destruidas y otras 140.000 están averiadas, inhabitables y a punto de colapsar.

Estimativos de Fenavi indican que más de 600.000 aves, murieron por la fuerza del invierno en el último año. Otros 28 millones de aves están en riesgo. Fedegan informa que al menos 115.000 bovinos murieron por las inundaciones y 1.430.200 cabezas de ganado tuvieron que ser trasladadas y reubicadas por las inundaciones. En la práctica, todo el sector pecuario y de especies menores, se encuentra en grave riesgo de afectación.

En consideración con el escenario aquí descrito, no queda la menor duda que Dios está  realmente indignado por el comportamiento de nuestros líderes. Ellos no le temen y no tiemblan ante su palabra y juicio. Lo ignoran por completo. Es por ello que Colombia está declinando y Dios continuará azotándonos por nuestra desobediencia. Más vale que nos preparemos, pues la gran tormenta se acerca, porque nuestros gobernantes no cambiarán. Esto será nuestra ruina. Las tormentas que hoy nos azotan son sólo una muestra de la ira de Dios contra nosotros por rechazar su palabra y sus mandamientos, por defenestrar a su pueblo y buscar despojarles de su tierra. Dice la palabra de YHWH en la sagrada biblia: “…El final será por inundación…” (Daniel 9:26)

Nuestra nación arrastra un lastre de violencia, despojo, desplazamiento, secuestro, masacres, violaciones, asesinatos e impunidad, del que parece imposible salir, a menos claro está, que corrijamos el rumbo para que nuestras acciones sean agradables al Creador. Ha llegado la hora de reconocer y confesar nuestros pecados, arrepentirnos de todo corazón, volver a la palabra de Dios y aceptar con fe lo que Jesús dijo al venir a morir por nuestras iniquidades: “…Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí…”  (Juan 14:6)                                            
                                
      FABIO HUMBERTO MOLANO OLMOS

   Bogotá D.C., junio 8 de 2011http://paniser25.tripod.com/imagelib/sitebuilder/layout/spacer.gif
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[1] Decreto 820 de mayo 13 de 1902
[2] Colombia es el país del mundo con el mayor número de desplazados por la violencia, y Ecuador su mayor receptor, según un informe de la ONU difundido este lunes en una conferencia regional sobre refugiados en Quito. Adicional a los 3,7 millones de desplazados, otras 380.000 personas han conseguido refugio o están pidiendo protección en 36 países, según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). La cifra de desarraigados de Colombia supera las de Irak, Afganistán y República Democrática del Congo, agrega el reporte presentado por Jorge Rojas, director de la ONG colombiana Consultoría para los Derechos Humanos (Codhes). El Nuevo Siglo, noviembre 9 de 2010
 [3]  Ley 806 de abril 18 de 2003.
 [4] John Rick Miller nació en Nueva York, Estados Unidos, es casado y tiene dos hijos. Fue ejecutivo corporativo y de gobierno del Reino Unido hasta su conversión total a través de la Virgen María hace ya 21 años, cuando comenzó a combinar su trabajo profesional con un ministerio especial marianista. En Colombia, como consecuencia de las conversaciones con el cardenal primado del país Pedro Rubiano y con el presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, con quienes rezó un rosario transmitido por TV, se hizo una renovación de la consagración de la nación al Sagrado Corazón de Jesús y una nueva consagración al Inmaculado Corazón de María. Fuente: http://www.fortheloveofgodworldwide.com/
[5] Estos hechos llevaron a la revuelta nacional en contra del gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez, a quien le exigían la renuncia. Ese día hubo saqueos, principalmente en el centro de Bogotá, a lo largo de la carrera séptima inicialmente pero que luego se fueron esparciendo por gran parte de la ciudad para terminar extendiéndose a varias ciudades de Colombia. Además de los saqueos, hubo incendios provocados por los manifestantes: incendiaron los tranvías, iglesias, edificaciones importantes y los mismos locales saqueados. En un principio la policía intentó tomar control del asunto, pero luego, algunos policías y militares se unieron a la revuelta propiciando armas y esfuerzos, mientras que otros tomaron las armas y abrieron fuego sobre los manifestantes. El saldo de la revuelta fue de varios cientos de muertos y heridos. Las cifras van desde 500 muertos reportados por un cable de la Embajada Alemana, hasta la extraoficial de más de 3.000. Los daños materiales correspondieron al incendio y posterior derrumbe de 142 construcciones incluyendo casas particulares, hoteles e iglesias del centro de la ciudad y por múltiples saqueos. Alape, Arturo (1987). El Bogotazo: Memorias del olvido. ISBN 958-614-208-6.
 [6] La resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas, votada el 29 de noviembre de 1947, recomienda la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional particular. 14.000 km², con 558.000 judíos y 405.000 árabes para el Estado judío, 11.500 km², con 804.000 árabes y 10.000 judíos para el Estado árabe, 106.000 árabes y 100.000 judíos para la zona bajo control internacional que comprende los Santos Lugares, Jerusalén y Belén. Entre los dos estados se debe establecer una unión económica, aduanera y monetaria. Aprobada por 33 votos a favor (incluidos los Estados Unidos y la URSS), frente a 13 votos en contra y 10 abstenciones (incluidos Colombia y Gran Bretaña que espera tras la resolución de los problemas mantener su influencia), esta resolución fue rechazada por los árabes y criticada por los sionistas, que a pesar de todo se adhirieron a ella. La resolución jamás será aplicada y seis meses después de su aprobación, el 15 de mayo de 1948, el mismo día en que finalizó el mandato Británico de Palestina y fue proclamado el Estado de Israel, comienza la primera guerra árabe-israelí.
[7] "Colombia en la ONU 1945-1995". Cap. III – 2. Por Alvaro Tirado Mejía y Carlos Holguín Holguín
[8] Hacia el año de 1925 el Presidente Pedro Nel Ospina recibe por parte de Estados Unidos $25'000.000 de dólares por la indemnización del Canal de Panamá, en un periodo conocido como “La danza de los Millones”. Fuente: http://www.sololiteratura.com/gal/el.canal.jpg
[9] HERODOTO, Historia, Lib. 1, Cap. 132, pp. 62,63
[10] OVIDIO, Fastos, Vol. III, p. 184
[11] Según un informe de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), Colombia es el tercer país con mayor tasa de mortalidad por causa de desastres naturales, superado únicamente por Bangladesh y China. Revista Ambiental Catorce 6, septiembre 28 de 2010. www.catorce6.com/

LARGA VIDA A ISRAEL

OIGAN LAS NACIONES DE LA TIERRA: ¡PALESTINA JAMAS HA EXISTIDO!

A propósito del reciente reconocimiento conferido por la ONU a Palestina como “Estado Observador No Miembro”, me permito aclarar lo siguiente:

No existe tal entidad llamada nación árabe Palestina. Palestina es el nombre que los Romanos le dieron a Eretz Yisrael con el exclusivo propósito de hacer enfurecer a los judíos. ¿Porqué entonces deberíamos usar el odioso nombre creado solo para humillarnos? Recordemos entre otras cosas, que el 7 de marzo del 321 D.C., el emperador Constantino cambió el día de descanso Sabath por el Domingo. Este es un ejemplo claro de cómo los Romanos hicieron todo lo posible por humillar al pueblo judío. Los británicos según su mandato, decidieron llamar Palestina los territorios que ellos gobernaban, y los árabes lo escogieron como el supuesto nombre ancestral de su nación, aun cuando ni siquiera podían pronunciarlo correctamente  y lo modificaron a Falastin, una entidad completamente ficticia.  Golda Meir citada por Sarah Honig, Jerusalem Post, 25 de Noviembre de 1995. 

Como entidad autónoma, Palestina nunca ha existido. No se conoce ningún idioma palestino. No existe una cultura palestina. Nunca ha habido una tierra llamada Palestina gobernada por palestinos. En realidad los palestinos son árabes, tan iguales a los Jordanos (otro término de invención moderna), Sirios, Libaneses e Iraquíes. Recuerde que los árabes en el Medio Oriente controlan el 99.9% del territorio. Israel representa una décima parte del 1% de toda el área. No obstante, para los árabes esto parece ser demasiado. Los árabes lo quieren todo. Definitivamente, de esto trata la Guerra con Israel hoy. No importa cuantas concesiones hagan los israelíes sobre los territorios, nunca será suficiente.  "Mitos sobre el Medio Oriente", Joseph Farah, editor periodista árabe-norteamericano, World Net Daily, Octubre 11 de 2000.

Desde finales del estado judío en la antigüedad hasta comienzos del Imperio Británico, el lugar conocido en el presente bajo el nombre de Palestina nunca fue propiamente un país y no tuvo fronteras, solo poseía limites administrativos. Hablar y escribir sobre Israel y el Medio Oriente trae a la mente los nombres de "Palestina" y "Palestinos", al igual que frases como "territorio de Palestina" y "ocupación israelí de territorio palestino". Todos estos términos se aplican con extremada frecuencia, en referencia a su significación histórica y geográfica, por lo que su uso más que aclarar la realidad lo que hace es crear ilusiones. Sólo habría que ver el resultado de Gush Katif, cuando en agosto de 2005 los israelíes entregan las tierras de la franja de Gaza a los Palestinos. Desde entonces, de esas tierras lanzan cohetes Kaasam todos los días a Israel.  Professor Bernard Lewis, Commentary Magazine.
  
Así las cosas y apoyado en la Sagrada Biblia, que es la Palabra de Dios, revelada al ser humano, puedo concluir sin lugar a equivocaciones que:

Nada bueno les espera a los ciento treinta y ocho (138) países que votaron afirmativamente por el reconocimiento de Palestina como Estado Observador. En Génesis 12:3 se lee esta sentencia: “…Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren, maldeciré…”

Un escenario diferente les espera a las ocho naciones que conjuntamente con Israel, votaron de manera negativa ese reconocimiento. Canadá, Estados Unidos y Panamá por América, República Checa por Europa, Islas Marshall, Micronesia, Nauru y Palau por Oceanía; tendrán un lugar privilegiado en el Juicio de las Naciones. Dios tendrá misericordia. “…Aquellos países que se alinean con los propósitos de Dios, recibirán su bendición. Los que sigan una política de oposición a los propósitos de Dios recibirán un juicio rápido y severo de Dios sin restricciones…” John Hagee, “Cuenta regresiva a Jerusalén”, 2006 ISBN 978-1-59185-930-7, Charisma House USA.

Pero el panorama no es menos alentador para los cobardes. Cuarenta y un (41) países se abstuvieron de votar. Esas naciones conforme al juicio de Dios serán desechadas. Dice la palabra de Dios en Apocalipsis 3:15-16 “…Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca…”.

Entre esos países abstencionistas estuvo Colombia. En la votación del 29 de noviembre de 1947 en la ONU, que confirmó la resolución para la creación del Estado de Israel, la delegación colombiana también se abstuvo de votar. Sesenta y cinco (65) años después, la historia vuelve a repetirse: el 29 de noviembre de 2012, la delegación colombiana en la ONU, se abstuvo de votar frente a la pretensión árabe sobre Palestina. La mano de Dios está sobre Colombia, de eso no nos quepa la menor duda. Los cobardes como tibios que son, temen adoptar posiciones radicales, nunca dicen si, nunca dicen no; su ánimo es vacilante y contradictorio. No tienen ni generan compromiso. Prometen pero no cumplen, nunca toman partido. Esa es Colombia, un vomitivo ante los ojos de Dios.

Deliberadamente omite Colombia los pactos que Dios ha hecho con su pueblo, es decir, con Israel. Los pactos que Dios hace con su pueblo son eternos, sin final y hoy traducidos como más largos por siempre. Estos pactos no están basados en la fidelidad del hombre hacia Dios; están basados en la fidelidad de Dios hacia el hombre. Aquellos que enseñan que Dios ha quebrantado el pacto con el pueblo judío, enseñan una falsa doctrina basada en la ignorancia de las Escrituras y una actitud narcisista. Por encima de lo que piense el gobierno colombiano, Dios hizo un pacto con Abraham cuando le dijo: “…Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra…” (Génesis 12:2-3). Dios hizo un pacto de sangre con Abraham, dándoles a él y a su descendencia toda la tierra de Israel. (Génesis 15:13-21).

Un radical es quien da la vida por sus ideales; los fanáticos son aquellos que matan por sus ideas. Las naciones árabes están plagadas de gobiernos fanáticos absolutamente alejados de Dios. Alá no es Dios y nunca tuvo un Hijo. Alá es el dios luna de Mahoma. El mismo dios al que sirven las hordas terroristas de Hamas, Hezbollah, Jihad y Al Fatah.

Fabio Humberto Molano Olmos
Bogotá D.C., Noviembre 30 de 2012