viernes, 8 de marzo de 2013

BENDICION O MALDICION


¿Cuándo murió Hugo Rafael Chávez Frías?

“La virtud inherente al Socialismo es
 el equitativo reparto de la miseria”.

Sir Winston Churchill

Si bien es cierto, el anuncio del deceso del presidente de Venezuela fue dado por el vice-presidente Nicolás Maduro a las 4:25 de la tarde el pasado 5 de marzo de 2013, el presidente Hugo Chávez empezó a morir el miércoles 2 de junio de 2010.

Ese día en un discurso emitido por Telesur, el presidente Chávez lejos de imaginar lo que le sobre vendría, maldijo a Israel por el ataque a la llamada “Flotilla de la Libertad”. El habló así:
Maldito seas, Estado de Israel. Maldito seas, terrorista y asesino. Viva el pueblo palestino”, exclamó entre vítores y aplausos de los asistentes al acto oficial transmitido por la televisión venezolana a todo el país.

“Aprovecho para condenar de nuevo, desde el fondo de mi alma y de mis vísceras, al Estado de Israel, maldito seas estado de Israel”, añadió el mandatario ante una nueva salva de aplausos.

Chávez criticó además la respuesta del gobierno de Estados Unidos al asalto israelí a los barcos de la “Flotilla  de la Libertad’. “Como es Israel, se le permite de todo”, fustigó el mandatario venezolano.

“El gobierno de Obama condena el terrorismo siempre y cuando no sea cometido por ellos mismos o por sus aliados, Israel. Nos acusan de patrocinar el terrorismo cuando son ellos los que patrocinan el terrorismo”, añadió.

Chávez fue un férreo defensor de la causa palestina. En enero de 2009, durante una ofensiva militar israelí contra la franja de Gaza, Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Israel, al que a partir de ese momento llamó: “Estado Genocida”.

Tras esta desafortunada intervención, el destino final de Hugo Chávez quedó sellado. En el fondo de sus entrañas, en la pelvis, el cáncer hizo aparición y su alma quedó postrada.

Dice la palabra de Dios en Génesis 12:3, “…Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que maldijeren, maldeciré, y serán benditas en ti todas las naciones de la tierra…”.


Un año después de esas declaraciones, en junio de 2011, se le diagnosticó un sarcoma, que es un tipo de cáncer que puede originarse en los músculos, tejidos o en los huesos de la pelvis. Después de ser sometido a tres cirugías radicales en La Habana, el presidente regresó a Venezuela, informándole a la opinión pública que el cáncer había desaparecido y que estaba sano por completo. Sin embargo, en diciembre de 2012 luego de haber sido reelegido para el periodo 2013-2019, el cáncer reapareció. Regresó a Cuba para una cuarta y última intervención quirúrgica, de la cual nunca se recuperaría. Los sarcomas tienen este tipo de comportamiento, los pacientes parecen tener una mejoría sustancial, pero rápidamente la enfermedad regresa. Esa nueva recaída fue mortal. Así, el presidente Hugo Chávez haya presentado un cuadro clínico propio de un cáncer terminal, su muerte no necesariamente se debió a la enfermedad, sino por las complicaciones post-operatorias producto de éste mal, tales como insuficiencias cardíacas, renales o respiratorias.

Científicamente queda descartada cualquier posibilidad, que células cancerígenas puedan ser inoculadas o trasmitidas al ser humano, tal y como lo dijo el vice-presidente Maduro, replicando las palabras de Chávez y acusando a los Estados Unidos de realizar esta práctica. Si una célula cancerosa se introdujera en el cuerpo de una persona, ésta sería inmediatamente rechazada por el organismo. Es como si se tratara de un trasplante de órganos, de tal manera que eso es imposible, esa afirmación sólo hace parte de leyendas urbanas o de teorías de conspiración insostenibles.

Otro episodio que marcó el destino final del presidente Hugo Chávez, fue la profanación de la tumba del Libertador Simón Bolívar. Hacia la medianoche del 16 de julio de 2010, día de la virgen del Carmen en Venezuela, el gobierno ordenó la exhumación de los restos del prócer, so pretexto de investigar las causas de su muerte. La última frase de la proclama del libertador de diciembre 10 de 1830, que nunca salió a la luz pública dice: “…El que se atreva a profanar mi tumba, le caerá una gran maldición y tendrá duros sufrimientos…”

El gobierno de Chávez transmitió en vivo y en directo desde el Panteón, ese momento, donde todo el mundo pudo observar la apertura del sarcófago y la exposición de los retos óseos de Bolívar. Pero no bien pasaron los días y semanas de este suceso, -que más pareció la celebración de un extraño ritual de necrofilia moderna -, la clase gobernante fue sacudida por la tragedia. Siete de los más cercanos colaboradores del gobierno de Hugo Chávez, que promovieron, apoyaron y participaron de la profanación de la tumba de Simón Bolívar, mueren.

El diputado chavista Luis Tascón, muere el 12 de agosto de 2010, víctima de cáncer. Dos días después, el 14 de agosto de 2010, muere el General Alberto Müller Rojas, víctima de cáncer. Posteriormente, el 10 de septiembre de 2010, mueren, Guillermo García Ponce, líder comunista director del diario Vea, víctima de cáncer y el gobernador del estado de Guárico, William Lara, quien murió ahogado en el rio Uverito, tras un accidente vehicular.
Luego, Lina Ninetti Ron Pereira, dirigente chavista, muere por infarto cardíaco el 5 de marzo de 2011. Enseguida, el 20 de junio de 2011, muere tras sufrir un ACV, el Contralor General de la República de Venezuela, Clodosbaldo Russián y, finalmente, el 25 de enero de 2012, muere de cáncer, el Procurador General de la Nación, Carlos Escarrá Malavé. Hoy día se habla en toda Venezuela de la “Maldición del Panteón”. Ahora, el círculo se ha cerrado para siempre, tras la muerte por cáncer del señor presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Todos pagaron con sus vidas, la profanación de la tumba de Bolívar.

Para nadie es un secreto que el suelo venezolano se ha llenado de chamanes bolivianos, brujos, médiums, astrólogos, paleteros y santeros cubanos. Lamentable el espectáculo ofrecido desde el auditorio Teresa Carreño, observando a decenas de representantes de estos cultos idolátricos, liderados nada menos que por la premio Nobel de Paz, Rigoberta Menchú, realizar rituales de sanación, súplicas y hechizos a la Pacha Mama, por la salud y la recuperación física del comandante Chávez. Fetiches como el médico José Gregorio Hernández y la reina María Lionza, son el pan diario en muchas comunidades del territorio de Venezuela y la patria, está enferma. Más allá del legado Chavista y de su resonante arenga revolucionaria: “Patria, Socialismo o Muerte”, al bravo pueblo venezolano, pareciera que Chávez sólo les deja, la Muerte.

El comandante Hugo Chávez en una ceremonia católica el pasado 5 de abril de 2012, elevó su voz al cielo diciendo: “…Dame tu cruz Cristo que yo la llevo, pero no me lleves todavía. Dame vida Jesús, todavía me queda vida. No me lleves todavía. Dame tu cruz, dame tu sangre Cristo que yo la llevo…” Pero su oración no fue escuchada, le faltó algo. Arrepentimiento y perdón. Dios le concedió un año completo para retractarse de la maldición que pronunció sobre Israel. Dios le habría perdonado. Sin embargo, Chávez no sólo no lo hizo, sino que agregó males a su condición. Al romper relaciones diplomáticas con Israel, amenazar a su presidente Shimon Peres y conciliar con los pueblos enemigos de Israel; se endureció su corazón y su final quedó en evidencia.

En Galatas 6:7 está escrito: “…No os dejéis engañar; de Dios nadie se burla, pues todo lo que el hombre sembrare, eso también cegará…”

Sí en verdad Hugo Chávez era creyente, debió tener muy en cuenta antes de profanar la tumba de Simón Bolívar, el siguiente pasaje bíblico escrito en Efesios 6:12, “…Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes…”

A la espera del Juicio Final, y tras veinte meses de penosa enfermedad, el ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías, alguna vez presidente de Venezuela, ha muerto. Que Dios tenga piedad de su alma.

Fabio Humberto Molano Olmos
Bogotá D.C., marzo 8 de 2013