EL ORIGEN PAGANO DE LA NAVIDAD
La
festividad del 25 de diciembre fue oficialmente proclamada por los padres de la
iglesia católica en el año 354 D.C. Surgió como una fusión entre la naciente
religión romana de Constantino y la tradición del día festivo de la Saturnalia,
que se celebraba cerca del solsticio de invierno y que era una de las muchas
tradiciones paganas heredadas del antiguo sacerdocio babilónico. En efecto, el
papa Julio I en el año 350 D.C., introdujo esta fecha como la presunta
natividad de Jesús de Nazaret y desde entonces, su sucesor el papa Liberio,
decretó la celebración de esta bacanal, que se sucede año tras año hasta
nuestros días.
La celebración de la Saturnalia iniciaba el 17 de diciembre de cada año
y se extendía por siete días, en homenaje al dios Saturno, divinidad
agrícola protectora de las siembras y garante de las cosechas. Estas fiestas
tenían características muy similares a las que hoy conocemos como festividades
navideñas. Al final de la Saturnalia, el 25 de diciembre se celebraba el culto
siríaco, “Dies Natalis Solis Invicti” (Festival del Nacimiento del Sol
Invencible), personificado en la deidad Mitra de origen persa, en el dios Helios
de la Roma pagana o en Tamuz de la idólatra y antigua Babilonia.
"Las Saturnalias Romanas" (Gabriel Castello)
Lo curioso es como el festival[1] de Saturnalia se parece cada vez más a lo que hoy,
en el siglo XXI continuamos celebrando como navidad, pues lo que ocurría era
que la gente dejaba de ir a trabajar, vestían con ropa informal, se
hacían intercambio de regalos, los romanos salían a la calle de carnaval[2], a
cantar y bailar, había exceso en el consumo de comida, bebidas embriagantes,
sexo, depravación, inmoralidad y
libertinaje, y al mismo tiempo era una ocasión para salir a visitar a la
familia, a los parientes y amigos. Después, el día 25 de diciembre, empezaba el
festival de Sigillaria (precedente del árbol de navidad actual), dedicado,
sobre todo, a hacer regalos a los niños: amuletos, anillos, muñecos de
terracota, sellos, colores, tablas de escritura, dados, pequeños objetos,
monedas y bolsas llenas de canicas.
Historiadores, eruditos e intelectuales tras muchos
años de estudio e investigación han dado en concluir que el Hijo de Dios encarnado
en María, nació en el otoño del año -3 A.C. ó en el otoño del año -2 A.C.,
incluso algunos cronistas han determinado el 29 de septiembre de -2 A.C., como
la fecha de su nacimiento, apoyándose para ello, en la cronología hasta la
fecha de la muerte del Cristo. Análisis e investigaciones geológicas dan cuenta
de un terremoto sucedido en Israel en la
primavera del año 31 D.C., más exactamente el 3 de abril. En Mateo 27:51 y 27:54 se ilustra que en
el mismo instante en que Jesucristo
expiró, la tierra tembló. En consecuencia, se corrobora la edad de Cristo al
morir y luego resucitar al tercer día. Es decir, treinta y tres años. Para esa
época, el año cero no existía, ni se tomaba en cuenta para los computos
cronológicos.
El Nacimiento de Nuestro Señor Jesús
Atención, ese niño al que adoran y ante el que se
postran por este tiempo de navidad, no es otro que Tamuz, el hijo de Semiramis
y de Nimrod, el primer tirano que existió sobre la faz de la tierra. Al morir
Nimrod, Semiramis dijo a su pueblo, que Nimrod se había convertido en el dios
sol y que por su obra había quedado preñada de Tamuz, a quien dio vida
precisamente el día del solsticio de invierno en diciembre, pretendiendo emular
la concepción de María y el nacimiento virginal de Jesús. El engaño de Satanás
quedó servido para confusión del género humano. Es el momento. Ha llegado el
tiempo de salir de la obscuridad y buscar el rostro de Jesucristo. Es ahora,
tal vez no haya un mañana. Bendiciones en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amen y amén.
Fabio Humberto Molano Olmos
Diciembre 15 de 2012 – Bogotá
D.C.
[1] FESTIVAL: Festividad pagana celebrada en
homenaje a Baal, deidad cananea padre de todos los dioses.
[2] CARNAVAL: Ritual pagano en el cual se
sacrificaban seres humanos vivos en honor a Baal y a Moloch.
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