sábado, 1 de diciembre de 2012

LARGA VIDA A ISRAEL

OIGAN LAS NACIONES DE LA TIERRA: ¡PALESTINA JAMAS HA EXISTIDO!

A propósito del reciente reconocimiento conferido por la ONU a Palestina como “Estado Observador No Miembro”, me permito aclarar lo siguiente:

No existe tal entidad llamada nación árabe Palestina. Palestina es el nombre que los Romanos le dieron a Eretz Yisrael con el exclusivo propósito de hacer enfurecer a los judíos. ¿Porqué entonces deberíamos usar el odioso nombre creado solo para humillarnos? Recordemos entre otras cosas, que el 7 de marzo del 321 D.C., el emperador Constantino cambió el día de descanso Sabath por el Domingo. Este es un ejemplo claro de cómo los Romanos hicieron todo lo posible por humillar al pueblo judío. Los británicos según su mandato, decidieron llamar Palestina los territorios que ellos gobernaban, y los árabes lo escogieron como el supuesto nombre ancestral de su nación, aun cuando ni siquiera podían pronunciarlo correctamente  y lo modificaron a Falastin, una entidad completamente ficticia.  Golda Meir citada por Sarah Honig, Jerusalem Post, 25 de Noviembre de 1995. 

Como entidad autónoma, Palestina nunca ha existido. No se conoce ningún idioma palestino. No existe una cultura palestina. Nunca ha habido una tierra llamada Palestina gobernada por palestinos. En realidad los palestinos son árabes, tan iguales a los Jordanos (otro término de invención moderna), Sirios, Libaneses e Iraquíes. Recuerde que los árabes en el Medio Oriente controlan el 99.9% del territorio. Israel representa una décima parte del 1% de toda el área. No obstante, para los árabes esto parece ser demasiado. Los árabes lo quieren todo. Definitivamente, de esto trata la Guerra con Israel hoy. No importa cuantas concesiones hagan los israelíes sobre los territorios, nunca será suficiente.  "Mitos sobre el Medio Oriente", Joseph Farah, editor periodista árabe-norteamericano, World Net Daily, Octubre 11 de 2000.

Desde finales del estado judío en la antigüedad hasta comienzos del Imperio Británico, el lugar conocido en el presente bajo el nombre de Palestina nunca fue propiamente un país y no tuvo fronteras, solo poseía limites administrativos. Hablar y escribir sobre Israel y el Medio Oriente trae a la mente los nombres de "Palestina" y "Palestinos", al igual que frases como "territorio de Palestina" y "ocupación israelí de territorio palestino". Todos estos términos se aplican con extremada frecuencia, en referencia a su significación histórica y geográfica, por lo que su uso más que aclarar la realidad lo que hace es crear ilusiones. Sólo habría que ver el resultado de Gush Katif, cuando en agosto de 2005 los israelíes entregan las tierras de la franja de Gaza a los Palestinos. Desde entonces, de esas tierras lanzan cohetes Kaasam todos los días a Israel.  Professor Bernard Lewis, Commentary Magazine.
  
Así las cosas y apoyado en la Sagrada Biblia, que es la Palabra de Dios, revelada al ser humano, puedo concluir sin lugar a equivocaciones que:

Nada bueno les espera a los ciento treinta y ocho (138) países que votaron afirmativamente por el reconocimiento de Palestina como Estado Observador. En Génesis 12:3 se lee esta sentencia: “…Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren, maldeciré…”

Un escenario diferente les espera a las ocho naciones que conjuntamente con Israel, votaron de manera negativa ese reconocimiento. Canadá, Estados Unidos y Panamá por América, República Checa por Europa, Islas Marshall, Micronesia, Nauru y Palau por Oceanía; tendrán un lugar privilegiado en el Juicio de las Naciones. Dios tendrá misericordia. “…Aquellos países que se alinean con los propósitos de Dios, recibirán su bendición. Los que sigan una política de oposición a los propósitos de Dios recibirán un juicio rápido y severo de Dios sin restricciones…” John Hagee, “Cuenta regresiva a Jerusalén”, 2006 ISBN 978-1-59185-930-7, Charisma House USA.

Pero el panorama no es menos alentador para los cobardes. Cuarenta y un (41) países se abstuvieron de votar. Esas naciones conforme al juicio de Dios serán desechadas. Dice la palabra de Dios en Apocalipsis 3:15-16 “…Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca…”.

Entre esos países abstencionistas estuvo Colombia. En la votación del 29 de noviembre de 1947 en la ONU, que confirmó la resolución para la creación del Estado de Israel, la delegación colombiana también se abstuvo de votar. Sesenta y cinco (65) años después, la historia vuelve a repetirse: el 29 de noviembre de 2012, la delegación colombiana en la ONU, se abstuvo de votar frente a la pretensión árabe sobre Palestina. La mano de Dios está sobre Colombia, de eso no nos quepa la menor duda. Los cobardes como tibios que son, temen adoptar posiciones radicales, nunca dicen si, nunca dicen no; su ánimo es vacilante y contradictorio. No tienen ni generan compromiso. Prometen pero no cumplen, nunca toman partido. Esa es Colombia, un vomitivo ante los ojos de Dios.

Deliberadamente omite Colombia los pactos que Dios ha hecho con su pueblo, es decir, con Israel. Los pactos que Dios hace con su pueblo son eternos, sin final y hoy traducidos como más largos por siempre. Estos pactos no están basados en la fidelidad del hombre hacia Dios; están basados en la fidelidad de Dios hacia el hombre. Aquellos que enseñan que Dios ha quebrantado el pacto con el pueblo judío, enseñan una falsa doctrina basada en la ignorancia de las Escrituras y una actitud narcisista. Por encima de lo que piense el gobierno colombiano, Dios hizo un pacto con Abraham cuando le dijo: “…Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra…” (Génesis 12:2-3). Dios hizo un pacto de sangre con Abraham, dándoles a él y a su descendencia toda la tierra de Israel. (Génesis 15:13-21).

Un radical es quien da la vida por sus ideales; los fanáticos son aquellos que matan por sus ideas. Las naciones árabes están plagadas de gobiernos fanáticos absolutamente alejados de Dios. Alá no es Dios y nunca tuvo un Hijo. Alá es el dios luna de Mahoma. El mismo dios al que sirven las hordas terroristas de Hamas, Hezbollah, Jihad y Al Fatah.

Fabio Humberto Molano Olmos
Bogotá D.C., Noviembre 30 de 2012

1 comentario:

jacintahpaape dijo...

Casino Table Games - Jtm Hub
JTM Interactive has introduced 진주 출장안마 new and improved casino 논산 출장마사지 table games. You can play the classic table games including 남원 출장안마 blackjack, 세종특별자치 출장마사지 craps, roulette, 사천 출장마사지