
Esta es una de las visiónes más cercanas de nuestro Señor Jesucristo crucificado, pero la posición de sus pies no es la correcta. Cuando Dios maldice a la serpiente se lee en Génesis 3:15, "...y tú le herirás el calcañar". La posición real es la que ha visto en la gráfica de la crucifixión. Sí el clavo hubiese entrado tal y como lo recrea el artista, los huesos tarsianos y metatarsianos de ambos pies habrían resultado rotos, fragmentados y dice la Palabra de Dios en Salmos 34:20, "El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado". El clavo entró justo entre el tendón de Aquiles y el calcáneo. Por donde se le mire, fue una muerte espantosa.
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